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El paso del tiempo y la experiencia, han hecho que pueda responder cada vez con mayor soltura y confianza a las respuestas que me hacen los “no cazadores”, desde los más recalcitrantes anticaza a los indiferentes, y que éstos se marchen del campo rondándoles por la cabeza otra idea de la caza diferente a la que tienen. Estoy seguro de que algunos quedaron convencidos, y otros no, pero al menos estos últimos tendrán más reparos a la hora de criticar gratuitamente la caza que los que habían tenido hasta ahora, y eso ya es un logro, o al menos así lo creo yo. Hasta aquí, todo ha sido muy bonito.... Pero la realidad, mejor dicho, nuestra realidad, a veces nos juega malas pasadas.
Mis compañeros de trabajo, acostumbrados a recibir alguna que otra parrafada sobre los cazadores, la conservación y lo de no recoger crías de corzo que parezcan abandonadas..., me miraron en silencio y yo solo puede decir “lo siento”. Ninguna palabra más fue capaz de salir de mi boca en ese momento, y una hora después, volviendo sobre mis pasos, tiré de cámara y saqué una foto a aquel atropello contra nuestra imagen que nosotros mismos habíamos cometidos. Cuando enfocaba la cámara, me pareció sentir aún las risas y el regocijo del que disparó y de los que le acompañaban asintiendo con su actitud, y durante toda la mañana de ese día no pude centrar mi cabeza en otra cosa. A los cazadores nos falta, además de los que dice José Ignacio Ñudi, que desarrollemos una Conciencia Colectiva que impida que situaciones como ésta se sucedan, porque si no lo hacemos, de poco servirán las campañas o proyectos de comunicación.
Antonio Mota. Coordinador de UNITEGA. Galicia 2009
ACEC Por la Caza y su Preservación.