Tengo la sensación de que con la muerte de Delibes, se nos va uno de los últimos cazadores libres, porque libremente cazó. Así entendió y nos trasmitió la caza, en sus libros, como tal ejercicio de libertad, con piezas libres, terrenos libres y caza, en definitiva, libre.
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Merecedor, mas que muchos otros, de galardones, menciones y reconocimientos por parte del mundo cinegético, creo que nunca se le ha valorado y reconocido lo mucho que aportó al saber cazar, sencillamente porque no fue protagonista, ni eslabón ni correa de transmisión de intereses materiales de la caza, en ningún sentido. Condición, esta, imprescindible en la caza moderna para contar con el favor de los que mandan las medallas.
Curiosa y penosamente es ahora, hoy, en plena democracia, justo cuando desde hace años que no cazaba Delibes, son precisamente los tiempos en que menos libres somos los cazadores y cuando la caza, en si misma, esta llena de mordazas, ataduras y coacciones, empezando por la mayor de todas, su conversión al servilismo mercantil, que la ha llevado a ser, unica y vergonzosamente, un mero tráfico de mercaderes. Por cierto, lo que nunca fue para Delibes.
Algunos cazadores antaño libres, hoy, definitivamente, con la marcha de este cazador que escribía, -como a él le gustaba denominarse- máximo referente para muchos de nosotros de un tipo de cazador leal consigo mismo y completamente respetuoso con las piezas de caza, queda certificada la desaparición de la caza en libertad.
Mantendré activos sus libros en mi biblioteca y vigentes sus valores venatorios en mi comportamiento mientras me quede afición. Mi deseo es que siga cazando en los páramos del Cielo, tras las rojas, por fin, de nuevo y para siempre, libremente.
Descanse en paz este Gran Maestro.
Publicado por José A. Martinez
Fuente:DIETARIO DEL SOLITARIO
ACEC Por la Caza y su Preservación.