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ANTONIO JOSÉ FERNÁNDEZ
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La otrora vega mayor de Telde forma parte, cada vez más, de la historia pasada del municipio. La superficie cultivada de la localidad sigue reduciéndose a pasos agigantados. De hecho, según los datos que obran en poder de la Agencia de Extensión Agraria del Cabildo de Gran Canaria, a día de hoy apenas hay 751 hectáreas contabilizadas en grandes explotaciones e invernaderos, lo que supone un brusco descenso del 18% en relación a la misma estadística del año pasado.
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El campo sigue perdiendo peso, y a ello contribuyen sobremanera la explosión demográfica que se sigue registrando en el casco de Telde -que ya ha saltado la Circunvalación, colonizando antiguas huertas hacia el este y el sureste- y lo poco rentable que resulta dedicarse al agro a pesar de la crisis que afecta al ladrillo y al aparente retorno de la mano de obra a la Agricultura. Telde había conseguido, más o menos, mantener estable su superficie cultivada justo hasta este mismo año, cuando se ha venido a producir un considerable bajón en el número de hectáreas ocupadas con cítricos -naranjas, pomelos, mandarinas y limones- y plataneras. Estas mermas están cuantificadas en casi un 50 y un 33% respectivamente.
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En 25 años el suelo verde ha menguado más de un 25%. Y nadie ve dónde se echará el freno a esta caída en picado a la que algunos intentan poner remedio con proyectos que requieren de subvenciones y, paralelamente, de inversiones potentes particulares, como es el caso de Mecutel en las cercanías del núcleo de La Breña, próximo a Cazadores.
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En el cajón del olvido, proyectos de envergadura apadrinados por las instituciones, como el complejo agropecuario de Lomo Calasio, sin visos de ejecutarse.
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Fuente: laprovincia.es