El infractor, que fue identificado y reconoció su culpa, afronta el coste del ejemplar, valorado en 4.000 euros por sus especiales características, y se enfrenta además a un expediente por la vía administrativa al dar muerte a un ejemplar de una especie catalogada.
El pasado 11 de diciembre, mientras una cuarentena de socios de la AECCA celebraban la reunión anual de la asociación en Montiel, Ciudad Real, un cazador de escopeta que estaba cazando conejos en terrenos cercanos a donde se encontraban los cetreros abatió una hembra de halcón peregrino que estaba siendo volada en las cercanías. El cazador adujo que el animal se había cruzado con un conejo en el momento de efectuar el disparo.
El halcón peregrino en cuestión era una hembra adulta experta en la caza de altanería, y además reproductora regular año tras año. El infractor y el cetrero dueño del ejemplar llegaron a un acuerdo amistoso por el que el cazador, además de reconocer su culpa, se comprometió por escrito y ante varios testigos y agentes de la Guardia Civil a abonar al cetrero una compensación por la pérdida del ejemplar de 4.000 euros. A pesar de lo aparentemente abultado de la cifra, un halcón maestro en la caza de altanería y reproductor probablemente tenga un coste económico superior (no así un pollo del año sin adiestrar, que supera ligeramente los 1.000 euros)
Además de esto, la Guardia Civil, que asistía como invitada al evento, interpuso una denuncia contra el infractor por dar muerte a un ejemplar de una especie catalogada en Castilla-La Mancha, que se enfrenta ahora a un expediente sancionador por la vía administrativa y que le puede suponer además una cuantiosa multa económica y la inhabilitación por un tiempo prolongado para practicar la caza.
Desde el punto de vista de AECCA, este hecho pone de manifiesto que aún existen algunos cazadores que ponen poco celo a la hora de apretar el gatillo. Si este ejemplar hubiese sido una rapaz silvestre el caso no se hubiese conocido, y éste sí que es un problema grave que desde AECCA creemos que debe ser atajado por la administración. A los pocos imprudentes que aún patean el campo con una escopeta les pedimos que extremen las precauciones cuando manejan un arma en el campo, y que antes de disparar sobre un ave de presa piensen primero que es un ave protegida y esta terminantemente prohibido, y segundo, que puede ser el ave de un cetrero, con un elevado coste económico asociado y que además es el fruto de un trabajo enorme por su parte y de gran cantidad de sacrificios, tanto o más que los mejores perros de caza que tantas satisfacciones nos aportan a todos los cazadores.
Fuente: AECCA