En la Asociación Española del Perro de Sangre –AEPES- pensamos que el rastreo con perros de sangre de piezas heridas es el resultado de la dedicación de un equipo formado por un perro y su conductor a una finalidad que nos parece éticamente obligada. Por ello, es una conjunción de aspectos relacionados con la caza, la biología de las especies cinegéticas –hay que tener en cuenta que cada especie, y cada tipo de ejemplar dentro de ella, reacciona de una forma distinta ante una herida sufrida-, el entrenamiento canino enfocado a una función muy especializada y el desarrollo por parte del conductor de ciertas habilidades, que acaban por crear el equipo antes mencionado.
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