El Cabildo de Tenerife regula la actividad cinegética en la isla
Las lluvias caídas en Tenerife en las últimas semanas han dado fin a la larga e intensa sequía que ha influido de manera decisiva en el descenso de las poblaciones de conejo y, en menor medida, de las perdices. Estas lluvias traen la esperanza de una pronta recuperación del número de efectivos y que la actividad cinegética pueda normalizarse tras dos temporadas de restricciones extremas, tal y como apunta la consejera de Medio Ambiente, Sostenibilidad Territorial y Aguas de la corporación insular, Analupe Mora.
LA OPINIÓN El Cabildo Insular de Tenerife, para ejercer sus competencias de organización de la actividad cinegética en la isla, presta especial atención a los fenómenos naturales, teniendo siempre en cuenta dos principios fundamentales: la conservación de la biodiversidad insular y el mantenimiento de una actividad ancestral y prístina o primaria como es la caza, tratando siempre de compatibilizar la actividad cinegética con otros usos del territorio.
En Tenerife se caza el conejo silvestre como pieza principal. Se trata, sin embargo, de una pieza con altos niveles de productividad que, en condiciones favorables, puede llegar a causar muchos daños a la naturaleza y a los cultivos. La caza del conejo es la más tradicional en Tenerife y en Canarias, practicada en la isla por unos 6.000 cazadores aproximadamente, gracias a los cuales se realiza una labor de gestión que controla a las poblaciones a unos niveles aceptables.
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