El guirre majorero, uno de los emblemas de la fauna endémica canaria, se ha topado con un nuevo e inesperado riesgo para su supervivencia: la normativa que prohíbe dejar en el campo los cadáveres de las cabras, la base de su sustento, y que los expertos ya empiezan a relacionar con el hecho de que su reproducción se redujera a la mitad en 2012.
Esta es la teoría que maneja un equipo de investigadores de la Estación Biológica de Doñana que, desde hace años, estudian en Fuerteventura a esta subespecie del alimoche, después de que en la década de los noventa las autoridades de la isla alertaran del peligro de desaparición de esta ave, tal y como había ocurrido 30 años antes en Gran Canaria y Tenerife.
Leer más aquí