miércoles, 19 de junio de 2013

La desertificación es sinónimo de pobreza y afecta ya al 37% de España


Madrid, EFE El treinta y siete por ciento de España está ya afectado por la desertización, un proceso sinónimo de pobreza, que conlleva un deterioro de la naturaleza y los ecosistemas, además del empobrecimiento económico de la región como consecuencia de la grave erosión del suelo.

En la España de clima mediterráneo, la desertificación se produce por condiciones climáticas semiáridas, sequías estacionales, extrema variabilidad de las lluvias y lluvias torrenciales, ha manifestado el decano del Colegio de Ingenieros de Montes, Carlos del Álamo con motivo de la celebración hoy del Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía.

"En estas condiciones los suelos se vuelven pobres con una tendencia a la erosión, si se añade un relieve abrupto con laderas escarpadas, incendios forestales y sobrepastoreo el resultado es un proceso irreversible de pérdida de suelo fértil durante cientos de años", ha afirmado del Álamo.

En esta línea, el decano ha insistido que "la sobreexplotación de acuíferos y el mal uso del agua disponible" agravan el fenómeno y da origen a los extensos territorios en los que se desarrolla la desertificación en España.

Según datos del ministerio de Medio Ambiente, en España el riesgo desertificación "muy alto" afecta a un 2,03% del territorio, mientras que el riesgo "alto y medio" afecta al 15,82% y al 19,20% del territorio respectivamente.

Canarias
Las comunidades que sufren este proceso en mayor o menor medida son Murcia, Comunidad Valenciana, Andalucía, algunas islas de las Canarias como El Hierro o Fuerteventura, áreas del interior de Aragón y Cataluña y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla entre otras.

Por contra, las comunidades del norte peninsular como Galicia, Cantabria o el País Vasco son las menos dañadas.

Para mitigar los efectos de la desertificación Del Álamo ha abogado por bosques "bien gestionados", herramienta imprescindible para luchar contra la desertización.

Desde el Gobierno se ha desarrollado el Programa de Acción Nacional contra la Desertificación (PAND) que constituye la principal obligación contraída por España como firmante de la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CLD).

Las medidas mas relevantes llevadas a cabo por el ejecutivo son la restauración de la cubierta vegetal, la lucha contra los incendios forestales y la elaboración de planes especiales de actuación en situaciones de alerta y eventual sequía.

Para Alberto Fernández, experto en política de agua de la organización ecologista WWF, la desertificación es un proceso "importante" especialmente en el tercio inferior peninsular que lo sufre debido -entre otras causas- a la pérdida de la capacidad del suelo de mantener la vegetación.
Para Fernández, los recortes presupuestarios del Gobierno derivan en un "parón" grande en la restauración vegetal y ha criticado la actuación de las comunidades autónomas que han reducido las inversiones en la protección del suelo.

En esta línea, desde WWF han reclamado que en las negociaciones de la reforma de la Política Agrícola Común (PAC), la propuesta española se dirija a una mayor protección del agua y el suelo en sintonía con Europa que pide un "reverdecimiento" de la política agraria.

La desertificación no sólo afecta a España: según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), este proceso perjudica a la cuarta parte del planeta, unos 250 millones de personas, y daña los medios de vida de más de mil millones de habitantes de unos cien países al reducir la agricultura y la ganadería.

Problema mundial
La desertificación afecta a más de 110 países y cada año se pierden 6 millones de hectáreas de tierra productiva.

Entre los principales factores que desencadenan esta situación se encuentran la explotación insostenible de los recursos hídricos, que es causa de graves daños ambientales, incluidos la contaminación química, la salinización y el agotamiento de los acuíferos. Pérdidas de la cubierta vegetal a causa de repetidos incendios forestales. Concentración de la actividad económica en las zonas costeras como resultado del crecimiento urbano, las actividades industriales, el turismo de masas y la agricultura de regadío.

Un poco de historia

17 de junio de 1994 se firmó la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD).

El 19 de diciembre de ese año, la Asamblea General de la ONU proclamó el 17 de junio como el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía (Resolución 49/115). Se invitó a los Estados a que dedicaran el Día Mundial a sensibilizar la opinión pública respecto de la necesidad de cooperación internacional para luchar contra la desertificación y los efectos de la sequía y respecto de la aplicación de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación.

La Desertificación es la degradación de las tierras de zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas resultante de diversos factores, tales como las variaciones climáticas y las actividades humanas.

La desertificación no es un problema aislado, sino que está plenamente relacionado con los cambios climáticos, la conservación de la biodiversidad y la necesidad del manejo sustentable de los recursos naturales. Los vínculos entre estos aspectos y los factores socioeconómicos son cruciales, pues la problemática de la desertificación es un síntoma de ruptura del equilibrio entre el sistema de recursos naturales y el sistema socio-económico que los explota.

Por tal motivo, la solución pasa tanto por la concienciación como por dar prioridad a políticas sostenibles.

Fuente: ELDÍA.es