Las cumbres tinerfeñas albergan una cifra "abrumadora" de especies endémicas por ser el vergel de laurisilva más primitivo
Ana Santana
El investigador del CSIC Brent Emerson lidera un estudio internacional sobre biodiversidad en bosques de Canarias, Azores y La Reunión que, entre otros datos, ha revelado la composición de la fauna invertebrada y, para su sorpresa, 169 nuevos registros de especies de coleópteros y dos de arañas en Anaga. Este es el enclave tinerfeño donde pervive la mejor representación de vegetación del terciario, la laurisilva, explica a Efe Brent Emerson, quien coordina el proyecto denominado Comprender la dinámica de la biodiversidad en islas tropicales y subtropicales para ayudar a la estrategia de conservación".
La idea es estudiar la diversidad de plantas e invertebrados que habitan en estos bosques para responder a preguntas como cuántas especies viven en ellos y cómo se estructuran especialmente, pues el objetivo es tener datos útiles para el mantenimiento y la gestión de estos espacios. En el caso de Anaga, explica Emerson, la cantidad de invertebrados endémicos que se encuentra "es abrumadora" en comparación con bosques continentales, que son mucho más extensos geográficamente.
Un detalle que podría ser clave para explicar la alta biodiversidad de Anaga es la edad de su bosque y, según Emerson, "algunos datos genéticos preliminares indican que ha habido bosque de laurisilva en Anaga desde hace al menos varios millones de años. Desde mi punto de vista, es un área de importancia nacional e internacional debido a su legado evolutivo y ecológico".
La mayoría de especies de invertebrados que habitan en Anaga son endémicas, lo que quizás se deba a la "antigüedad" de este bosque y al aislamiento de su fauna, que ha sobrevivido a los sucesivos cambios climáticos de origen natural.
Si estas especies están muy "localizadas" en un área del bosque serán más frágiles y vulnerables, y un objetivo del proyecto es obtener datos sobre la vulnerabilidad de estas especies.
En el muestreo realizado en Anaga se han inventariado 169 especies de coleópteros, y casi todos son nativos del lugar, lo que supone "una buena señal" de que no hay tantas especies introducidas.
Un laboratorio natural
El bosque de Anaga resulta "un laboratorio natural" para estudiar cómo se realiza el "ensamblaje" de especies, y en el futuro lo ideal sería hacer una investigación parecida en otros laboratorios naturales, como la laurisilva de Teno, también en Tenerife, y en los bosques de laurisilva de La Palma, La Gomera y El Hierro, para investigar si el ensamblaje de invertebrados en cada isla ha resultado o no según patrones iguales. Como ejemplo Emerson indica que en Anaga el escarabajo más abundante es del género Heterotemna que no existe en La Gomera, y entonces cabe preguntarse "si no hay otra especie que desempeña en esta isla su función, ¿que consecuencias tendrá?"
Los investigadores han establecido diez parcelas de estudio de 50 por 50 metros y se han realizado varios tipos de muestreo en cada una, como la colocación de trampas de caída, y la extracción de invertebrados de la hojarasca. Para cada especie en cada parcela se escogen cuatro ejemplares para secuenciar un gen mitocondrial, y con el marcador genético y el muestreo geográfico se están relacionando las diferencias genéticas entre individuos de cada especie con su probabilidad de dispersión.
Así se puede estimar si la distribución de cada especie dentro de los bosques es una consecuencia de su capacidad de dispersión. Comparado con Anaga, el bosque de Terceira, en Azores, tiene menos riqueza de especies, especialmente de invertebrados, mientras que el bosque tropical de La Reunión tiene más diversidad de árboles que la laurisilva de Anaga. Pero a pesar de que el bosque de La Reunión tiene mas especies de plantas, la cantidad de especies de invertebrados que habitan en el bosque no supera a Anaga.
Fuente: LaOpinióndeTenerife