Este jueves no se celebró en el Ayuntamiento de La Laguna un pleno al uso, ni siquiera una sesión de esas agrias, de posturas encontradas. En tal caso hubo una bronca de 5 y media de la tarde a 8 de la noche en la que, entre medias, se debatió algún asunto. Como cuestiones secundarias. Fue una especie de película surrealista con Javier Abreu –que presidía la sesión en ausencia del alcalde, Fernando Clavijo– como protagonista, el público asistente en el papel de antagonista y Juan Miguel Mena (SsP) y Juan Ignacio Viciana (SxTF-Equo) de secundarios destacados.
El portavoz socialista empezó brioso. “Primer punto. ¿Alguna intervención?”. Nadie dijo nada. “¿Alguna más?”, preguntó. Era solo un espejismo de buen ambiente en los primeros minutos. Las modificaciones presupuestarias salieron adelante (menos una, debido a un defecto de forma). La moción de Agustín Guerra para el cambio de usos terciarios en las casas del centro histórico fue rechazada. El asunto siguiente, para estudiar los puntos negros del municipio en materia de seguridad vial, no se llegó a debatir; se aprobó directamente. La iniciativa del también popular Pedro Suárez para instar al Gobierno de Canarias a modificar la Ley de Caza logró unanimidad. Y el punto sobre la Ley de Dependencia quedó sobre la mesa.
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