martes, 11 de noviembre de 2014

Histórica prohibición de los venenosos perdigones de plomo

Los especialistas y las organizaciones conservacionistas lo califican de "histórico", tras un largo camino de lucha contra uno de los agentes más venenosos con que contaminamos la naturaleza: el plomo de los perdigones que numerosos cazadores continúan usando en sus batidas. Cada año, este metal pesado que queda abandonado provoca la muerte por envenenamiento de millones de aves que lo ingieren. Una cifra que se irá reduciendo con el tiempo gracias a la prohibición aprobada por más de cien países en la cumbre de vida salvaje de la ONU.

Perdigones de plomo recogidos en el Parque Nacional de Doñana. / SEO/BIRDLIFE
Esta decisión, que implica la sustitución de la munición de plomo por alternativas no tóxicas en los próximos tres años, contó con el rechazo inicial de la Unión Europea durante las negociaciones de la cumbre. "Pretendían proteger los intereses de las empresas que fabrican munición en Reino Unido, Francia, Italia y España. Pero la presión del resto de países ha logrado convencerles", explica el director de Conservación de SEO/Birdlife, Juan Carlos Atienza, de regreso de la cumbre que se ha celebrado en Quito. "El plomo se había prohibido ya en carburantes, pinturas... solo faltaba la munición", zanja.

La intención de prohibir esta munición venenosa también solía contar con el rechazo de los cazadores porque en algunos casos les obligaba a renovar sus armas. De hecho, el exministro Miguel Arias Cañete les aseguró hace dos años que no vetaría estos perdigones a pesar de los informes oficiales que alertaban de la toxicidad que provocan, tanto para los humanos que consumen la caza como para los animales salvajes. El Ejecutivo prohibió en 2001 su uso en humedales protegidos, pero la resolución aprobada en la cumbre obliga a sustituir la munición de plomo en todos los entornos.
Precisamente, a principios de año se conocía el resultado de un estudio en humedales que concluía que esta prohibición había reducido un 50% las aves contaminadas por plomo. Su autor, Rafael Mateo, explica que el plomo es un metal pesado que afecta a muchos órganos, provocando disfunciones neurológicas, anemia y alterando el funcionamiento del riñón. "Las aves que han ingerido munición de plomo sufren parálisis, dejan de alimentarse y mueren en unos cuantos días", resume. Las aves silvestres se intoxican al ingerir la munición de plomo al confundirlos con alimento o gastrolitos, las piedras que tragan para procesar alimentos. Las densidades superan los 100 perdigones por metro cuadrado en muchos humedales españoles.
Además, las aves rapaces ingieren restos de munición cuando se alimentan de presas o carroñas que han sido tiroteadas. Se han registrado muertes de aves en peligro de extinción, como los quebrantahuesos, por este motivo. Según los cálculos de Mateo, del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos, varios miles de aves mueren cada año en España y un millón en toda Europa. "Es una muy buena noticia, muy necesaria para que el mundo de la caza se ponga del lado de la conservación del medio ambiente de una forma más activa", aplaude Mateo, quien recuerda que ha sido un largo camino desde que Dinamarca inició la prohibición de estos perdigones de plomo a mediados de la década de 1980.
Esta prohibición perseguida por científicos y ecologistas desde hace décadas no ha sido el único éxito de la conferencia. Se ha logrado incluir en la resolución la prohibición del diclofenaco, un medicamento veterinario que es puro veneno para las aves carroñeras y que extinguió casi por completo los buitres de India. Además, se exigirán estudios para comprobar que otros medicamentos de este tipo no son letales para estas aves, como acaba de descubrirse tras la muerte de un buitre envenenado en Córdoba. "Confiamos en que la UE prohibirá el uso del diclofenaco en pocas semanas", asegura Atienza. A finales de este mes, la Agencia Europea del Medicamento dará su dictamen para que la Comisión prohíba o no este fármaco, aprobado recientemente en España a pesar de los millones de aves que ha matado.
Fuente: ElPaís.com

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La adopción, por parte de las Partes de la CMS, de las Directrices globales para prevenir el riesgo de envenenamiento de aves migratorias, es un importante paso adelante. Un elemento clave de las  Directrices es eliminar el uso de la munición de plomo en todos los ambientes en los próximos tres  años.