Los funcionarios del Cuerpo de Agentes de Medio Ambiente adscritos a la Consejería de Medio Ambiente del Cabildo de La Palma, que dirige Nieves Rosa Arroyo, realizaron durante el pasado año más de sesenta intervenciones relacionadas con la actividad cinegética y el uso ilegal del veneno en nuestro medio natural.
Según explica la consejera, durante la pasada temporada de caza los agentes realizaron un total de 65 servicios de policía cinegética. De ellos, 7 se realizaron en las diferentes zonas de adiestramiento de perros de caza abiertas en la Isla; 21 corresponden a los servicios relacionados con el control de la caza mayor; y 37 a los de caza menor.
En el caso de la caza mayor, los servicios consistieron, básicamente, en la comprobación de la documentación y armas de los miembros de las cuadrillas, compuestas por un mínimo de 15 y un máximo de 25 cazadores, durante los controles de entrada y salida de las zonas de caza asignadas. En esta modalidad cinegética los agentes proceden, además, a la toma de los datos biométricos y marcaje de los ejemplares de arruí abatidos.
En lo referido a la caza menor, los servicios estuvieron encaminados, de forma prioritaria, a facilitar a los cazadores la información necesaria para la correcta práctica de esta actividad, con el fin de hacerla compatible con otros usos del territorio, en especial con las zonas habitadas, de cultivo y ganaderas. En total, se procedió al control e identificación de más de setenta cazadores.
La consejera de Medio Ambiente explica que los agentes prestaron, además, especial interés por controlar aquellas actuaciones que, incumpliendo la normativa vigente, pueden tener un efecto negativo tanto sobre las poblaciones de las especies cinegéticas como de las silvestres y domésticas. Así se hizo hincapié en el furtivismo, el uso de más perros de los autorizados por cazador o cuadrilla; la captura de más piezas de las permitidas y, de manera especial, la lucha contra el uso ilegal del veneno.
“Estas actividades, llevadas a cabo por unos pocos desaprensivos, aparte de manchar el buen nombre de la inmensa mayoría de los cazadores respetuosos con la normativa vigente y con el medio ambiente de nuestra Isla pueden, en el caso del uso ilegal del veneno, acarrear graves problemas no sólo para la fauna silvestre y doméstica, sino también para la salud de las personas”, insiste Nieves Rosa Arroyo.
En cuanto a este asunto, cabe mencionar que los agentes de Medio Ambiente han actuando desde el año 1999 en varios casos relacionados con el uso ilícito de venenos acaecidos en las diferentes comarcas de La Palma.
Concretamente, desde el año 2013 y hasta el pasado mes de octubre de 2014, estos funcionarios públicos han procedido al levantamiento, custodia y envío de muestras correspondientes a 14 casos, algunos de ellos aún en investigación y pendientes de los resultados de las correspondientes analíticas que confirmen o no el posible uso de venenos. De ellos, 4 corresponden a perros de caza; 1 a un perro doméstico; 2 a cebos supuestamente envenenados; 1 a lagartos; y 6 a cernícalos.
Fuente: ElTime.es