lunes, 27 de julio de 2009

Más de 600 cazadores rodean la Caldera en busca de unos 250 arruís

Desde este mes y hasta el 7 de noviembre, más de 600 cazadores con licencia para caza mayor en La Palma buscan en los montes de la Isla una pieza de arruí, el animal más buscado y apreciado por el colectivo cinegético de la Isla.
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El inicio de la temporada de caza moviliza a multitud de patrullas que rodean de la Caldera de Taburiente a la espera de que salgan los animales.
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Ante la imposibilidad de ejercer la caza dentro del parque nacional, los cazadores aguardan en los puntos limítrofes del territorio que ocupa la reserva natural, para capturar los ejemplares más buscados. Se trata de una población aproximada de unos 250 ejemplares, según calculan los expertos, por lo que las posibilidades de encontrarse con uno se reduce considerablemente.
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Esta actividad cinegética mantiene a raya el crecimiento de estos herbívoros que fueron introducidos a comienzos de los 70 por el antiguo ICONA y que han terminado generando un daño considerable en la flora autóctona dentro del parque nacional. Por ello, durante todo el año, en la Caldera de Taburiente se realizan batidas internas de control de las familias de arruis, pero no está permitida la cada deportiva.
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Las cuadrillas.- El Consejo Insular de Caza, órgano asesor de este Cabildo Insular, establece el marco de condicionantes y requisitos exigidos para el ejercicio de la caza mayor en la Isla durante la temporada cinegética, por orden de la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias. En ese sentido, se establece el derecho a participar en las jornadas de caza mayor a cuadrillas integradas por un mínimo de quince y un máximo de veinticinco cazadores.
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Zonas habilitadas.- Texto Por otra parte, se establecen una serie de zonas habilitadas para la práctica de la caza mayor, en total cuatro distribuidas por los diferentes puntos cardinales. En cualquier caso, todas lindan con el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente.
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Control de datos.- Además, con la finalidad de obtención de datos biométricos de las piezas cobradas y el mejor conocimiento de la especie, los miembros de la cuadrilla vendrán obligados a facilitar la toma de datos por el personal del Servicio de Medio Ambiente, los guardas de caza y del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), una vez finalizada la jornada de caza, en los puntos y horas que se fijen en la autorización expedida.
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El incumplimiento de dicha obligación o la realización de maniobras para evitar dicha toma de datos podrá dar lugar a la pérdida del derecho a uno de los días de práctica de caza mayor.
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ACEC Por la caza y su Preservación