jueves, 20 de junio de 2013

La suelta de perdices de granja para la caza perjudica a las silvestres


Estudio del CSIC
MADRID, 20 Jun. (EUROPA PRESS) -
La liberación de perdices de granja para potenciar las poblaciones de los cotos de caza y ampliar su "producción" cinegética no favorece el desarrollo de las poblaciones de esta especie sino que lo perjudica, según señala un estudio realizado por el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos, que dirigen de forma conjunta el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Castilla-La Mancha.

En este sentido, la investigadora y directora del estudio, Beatriz Arroyo, ha reconocido que "no están claras" las causas por las que los ejemplares de perdiz de granja inciden de forma negativa sobre las poblaciones autóctonas.
Aun así, ha apuntado la diseminación de enfermedades y parásitos y la introducción de "alteraciones en el acervo genético" de las poblaciones silvestres. De hecho ha recordado que, en ocasiones, las perdices de granja son un cruce ente la perdiz roja (que es la misma que la silvestre) con la perdiz chukar.

Por otra parte, el estudio destaca también la falta de relación demostrada entre la caza de los depredadores, el zorro y la urraca, que se practican de forma habitual como medio de control de la población, y la abundancia de perdices durante el verano.

Arroyo ha subrayado el "gran nivel de incertidumbre" que impera frecuentemente a la hora de tomar decisiones sobre control y gestión de poblaciones en los espacios de caza. Por ello, se ha mostrado confiada en que el informe ayude a clarificar y a "mejorar la eficiencia de las políticas de conservación y control".

La investigadora ha indicado que, en cambio sí se ha hallado relación entre la implantación de comederos y bebederos para estas aves con un aumento de las poblaciones silvestres de esta especie y ha asegurado que medidas como estas "mantienen una relación positiva con su abundancia y productividad".


Por ello, el informe recomienda aumentar la disponibilidad de agua y comida, así como mejorar la calidad del hábitat, y regular la presión de la caza de acuerdo a la abundancia de la población. "Algunas estrategias son más eficientes que otras y su aplicación conjunta puede no tener un efecto acumulativo", ha insistido la investigadora

Fuente: europapress.es