La tradicional
cacería de conejos, perdices y palomas ha perdido adeptos por la falta de
especies para cazar, uno de los motivos por lo que esta afición, muy popular en
los municipios sureños, ha pasado de 5.400 seguidores en Gran Canaria el año pasado a 4.500
este año.
El presidente de
la Asociación Canaria de Entidades de Caza, Juan Miguel Sánchez, explicó que en
toda Canarias hay unos 20.000 seguidores de esta práctica ancestral, calificada
por organizaciones internacionales como de conservación, pero que las
instituciones canarias se empeñan en tratarla como deporte, algo que no es
bienvenido por los cazadores.
Juan Miguel
Sánchez ha explicado a La Expresión que la falta de plantaciones y agua ha afectado a la
población de estas especies, lo que hace que salir a cazar carezca del
atractivo de años atrás, a ello se suma que la “juventud” encuentra más
diversión en las salidas nocturnas que en el disfrute de la naturaleza que esta
actividad conlleva.
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