domingo, 1 de junio de 2014

Guardas de caza, más allá de la rutina del campo

Tenerife
El año pasado, el rastreo de un guarda de caza de Gestión Cinegética de Tenerife resultó clave para que la Guardia Civil localizara e imputara a un hombre que tiró una burra muerta a un barranco entre Granadilla y San Miguel.

Por este servicio, recientemente fue distinguido por el Instituto Armado el jefe de servicio de la mencionada entidad Víctor Fumero Alayón. 

Este es un ejemplo de que los integrantes de dicha organización van más allá de sus funciones habituales. 

Y, a veces, su conocimiento del terreno resulta un apoyo fundamental para las fuerzas de seguridad al tratar de detectar cualquier delito. Fumero Alayón reconoce que "nuestra labor no es fácil, porque, a veces, nos enfrentamos a situaciones de alto riesgo". Y, además, aclara que "nosotros no llevamos armas; nuestra única arma es el bolígrafo" para anotar cualquier dato interesante o alguna infracción. Y, en ocasiones, los infractores deben hacer frente a sanciones económicas elevadas, por lo que pueden adoptar actitudes agresivas si los detectan. 


En los próximos días, gracias a la nueva Ley de Seguridad Privada 5/2014, pasarán a denominarse guardas rurales. 

Muchas de sus intervenciones están relacionadas con que "la gente no tiene la documentación en regla". Dentro de dicho apartado genérico, los guardas pueden detectar que el "cazador" no tiene seguro, licencia de caza, permiso de armas, o de caza controlada, por ejemplo. En otros casos, deben actuar contra el exceso de perros, ya que un único cazador no puede llevar más de seis y una cuadrilla (entre dos y cinco cazadores), no deben superar la docena de canes como máximo. Otro de sus frentes está vinculado con la localización de furtivos, que son aquellas personas que matan animales sin tener la documentación obligatoria, cazan en zonas de seguridad (cerca de viviendas o pistas pavimentadas transitadas), o bien no respetan la veda. 

Los futuros guardas rurales también van más allá, ya que, al estar sobre el terreno, pueden contribuir a la prevención o la rápida extinción de incendios, o bien a la localización de coches robados o abandonados en parajes naturales.

Fuente: ELDÍA.es