lunes, 28 de septiembre de 2015

Un cazador muere al caerle encima un muro de piedra

Manuel Gutiérrez, de 75 años recibió un golpe en la cabeza y en el tórax al remover una pared en busca de conejos, en Ingenio

27.09.2015 | 23:47
El cadáver, tras su traslado a un llano, junto al helicóptero y personal de los distintos equipos de emergencia.
El cadáver, tras su traslado a un llano, junto al helicóptero y personal de los distintos equipos de emergencia. 
Un cazador de 75 años del barrio de La Atalaya de Santa Brígida, en Gran Canaria, falleció ayer en las medianías de Ingenio al caerle en la cabeza parte de un muro tras remover sus piedras para buscar conejos. Manuel Gutiérrez, que fue constructor hasta su jubilación, era una persona muy conocida en su pueblo y entre los aficionados a esta actividad deportiva, que practicaba desde hace años.
"Era un cazador de los antiguos". De esta forma describe un compañero de afición a "don Manuel", como era conocido. A pesar de su edad, se encontraba en buena forma física y "muy entero", por lo que todavía aprovechaba la temporada de caza para salir con sus perros y hurones en busca de presas, junto a algunos familiares. Sin embargo, no era muy dado a emplear escopetas.

Manuel Gutiérrez frecuentaba la Hoya del Gamonal y la Cumbre para su actividad. Sin embargo, tal vez por la aparición de la lluvia, decidió ayer irse más hacia el Sur para pasar su domingo de cacería.
El accidente ocurrió sobre las 10 de la mañana entre el barranco de La Caldera y El Tabuco, en las inmediaciones de Aguatona, en la localidad de Ingenio. Y, según distintas fuentes, el hombre removió un muro de piedra seca en busca de conejos que, de forma súbita, se le vino encima, sin que pudiera esquivarlo, lanzándolo hacia atrás.
El hombre de 75 años de edad sufrió un traumatismos torácico y craneal severo, según el Servicio de Urgencias Canario 112 del Gobierno de Canarias. Un acompañante dio aviso de inmediato a la Policía Local de Ingenio, que fue el primero en personarse en la zona, realizándole la primeras tareas de reanimación, hasta que llegó el personal médico que se hizo cargo de su atención.
La situación era crítica por la gravedad de las heridas, por lo que se solicitó la presencia de un helicóptero de rescate del Grupo de Emergencias y Salvamento (GES) para su posible evacuación a un hospital, mientras se le intentaba recuperar. Pero el cazador del barrio de La Atalaya entró en parada cardiorrespiratoria, sin ser posible su reanimación, confirmando el médico su fallecimiento.
La dificultad para acceder hasta este barranco hizo que, finalmente y tras la autorización judicial, se decidiera emplear la unidad aérea para trasladar el cadáver hasta una zona más accesible en las inmediaciones de una planta embotelladora.
El fallecido iba a ser sometido como es preceptivo en estos casos a la autopsia, tras decretar el juez de guardia el levantamiento del cadáver.
Manuel Gutiérrez era una persona muy conocida en Santa Brígida y en el mundo de la cacería. Residente de toda la vida en La Atalaya, solía salir con la temporada de caza junto a distintos familiares, según compañeros de afición. "Era una persona que cazaba mucho, y solía ir con un sobrino y su hijo", dijo un amigo, que recordaba ayer que era una persona muy respetada y un gran amigo de los cazadores.
Hasta su jubilación se había dedicado al sector de la construcción. Además, uno de sus hijos trabaja en el Ayuntamiento de Santa Brígida.
Al lugar del suceso acudió también personal del Consorcio de Bomberos de Gran Canaria, así como la Guardia Civil, que se encargó de las diligencias correspondientes con la autoridad judicial, y la unidad GES de tierra.